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Se mantiene el tono positivo en los mercados de renta fija y variable

14 de abril 2015

Buena parte de la atención en estos días ha estado centrada en la pasada reunión de la Reserva Federal y en su visión acerca de la evolución económica estadounidense. Tal y como buena parte de los analistas esperaban, la FED suprimió la palabra “paciencia” en su comunicado sobre tipos de interés lo que, históricamente, se asociaría a posibles subidas del precio del dinero en unos seis meses. En todo caso esta posibilidad quedó algo diluida en el contexto de sus previsiones macroeconómicas a corto plazo, sensiblemente inferiores a lo inicialmente previsto, lo que implicaría, en principio, menores presiones inflacionistas y, con ello, tipos aún bajos durante algún tiempo.

Como hemos comentado en alguna ocasión, una de las claves para la evolución de los mercados en los próximos meses vendrá dada por la capacidad de la Autoridad Monetaria estadounidense de “telegrafiar” a los agentes económicos su escenario sobre subidas de tipos de interés. En la medida en la que estos últimos tengan descontadas dichas subidas, los mercados no tendrían por qué registrar ningún movimiento traumático. En ese sentido, no sólo importa la capacidad técnica de la FED de acertar en tiempo y modo con la subida, sino el “tacto” que tenga para comunicar esta nueva fase al conjunto de inversores, algo no por difícil menos necesario.

En Europa, por el contrario, se mantiene la presión compradora sobre la renta variable, efecto en buena parte de la expansión cuantitativa del Banco Central, al tiempo que la renta fija presenta una mayor volatilidad, fruto por un lado de la presión compradora derivada de la enorme liquidez existente y, en sentido contrario, de la gran cantidad de nuevos primarios que están saliendo al mercado. Asimismo, la crisis griega sigue siendo un asunto pendiente que, prácticamente no hay semana que no otorgue algún titular de tipo económico o político. Todo ello puede provocar abscesos de tensión en determinados momentos si bien, en sentido estricto y de momento, no podemos hablar de contagio fuera de Grecia. Dentro de la península balcánica, en este caso sí, están sufriendo tanto sus mercados como su economía real, que de hecho se encontraría a un paso del corralito, en el supuesto de que el BCE cortara las vías alternativas de financiación.

Por lo demás, como decimos, el tono general es de complacencia. Los tipos bajos y la macro en progresión nos dibujan un panorama, de momento, ciertamente positivo. En todo caso habrá que estar muy atentos a dicha mejora macro, aún no lo potente que desearíamos, y a los siempre presentes factores exógenos. En ese sentido y por lo que respecta a España, la primera cita electoral del año, en Andalucía, no ha tenido efecto relevante sobre el mercado.

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